Yes, I do; Ja, Ich will; Oui, je veux; Ja, jag vill. Son formas de dar el "sí quiero" que cada vez se repiten con más frecuencia en Canarias, donde centenares de turistas al año, sobre todo británicos, irlandeses, alemanes, suecos y franceses, pero también americanos o australianos, eligen celebrar su boda. Y es que la garantía de buen tiempo durante prácticamente los doce meses y la diversidad paisajística del Archipiélago, que en muy pocos kilómetros permite a los novios presumir de un álbum fotográfico con instantáneas únicas, han relanzado el potencial de las Islas como destino nupcial de primer nivel mundial.

Si bien la normativa estatal supone importantes limitaciones para el sector, pues obliga a los prometidos a haber residido en España al menos seis meses para poder contraer matrimonio de manera legal, las empresas especializadas han sabido buscar fórmulas para mantener el nicho de mercado. La tendencia más habitual es que las parejas formalicen oficialmente la unión en sus países de origen y después viajen a Canarias con sus respectivos familiares y amigos para celebrar una ceremonia que se representa como una boda. En la que tampoco falta el posterior banquete, primer baile y lo que surja.

Un negocio cuya rentabilidad atrae cada vez a más hoteles, fincas y wedding planners que se nutren de estas bodas de foráneos embelesados por el entorno, el clima y la gastronomía isleña, tanto como para fletar aviones rumbo a Canarias para celebrar su gran día. "Las parejas suelen desembolsar una media de unos 250 euros por invitado, sin contar con el alojamiento y el traslado, solo en lo que es la celebración, el banquete, la fiesta, la decoración y otros servicios como fotógrafos o músicos", explica Bernadett Garside, directora y fundadora de Perfect Wedding Company, empresa especializada en organizar bodas para extranjeros en el sur de Gran Canaria.

Tras más de ocho años ofreciendo este servicio, Garside cuenta con una red de contactos de proveedores canarios que se encargan de poner la magia a los eventos y cuya calidad profesional es un aliciente más para casarse en las Islas. Donde solicitan, sobre todo, "casarse frente al mar, es raro la pareja que pide oficiar la ceremonia en interior, eso lo pueden hacer en su país de origen", detalla.

La elección del destino no es casual, pues muchas de las parejas que se trasladan a las Islas para darse el "sí quiero", son turistas que ya han estado en el Archipiélago en alguna ocasión de vacaciones. Además, la cercanía y la buena conectividad aérea de Canarias con los países de origen, facilita que asistan normalmente a los enlaces entre 40 y 60 invitados, quienes tras la boda pernoctan entre cuatro y quince días de media. "En comparación con el Caribe, la mayoría de los invitados puede asumir el gasto de venir a las Islas, porque el billete no es tan caro, estamos a unas cuatro horas de vuelo y disponemos de una amplia gama de posibilidades para el alojamiento", señala Garside.

Turismo de Tenerife ha dedicado esfuerzo en los últimos años por aunar toda la oferta relacionada con el turismo de bodas y lunas de miel. Y, aunque por el momento no ha creado una marca promocional propia, sí incluye estas propuestas en las diferentes ferias turísticas internacionales genéricas como Fitur, el World Travel Market o la ITB de Berlín, así como en las específicas sobre este segmento en los distintos mercados emisores de viajeros. En particular, la institución contacta con turoperadores y redes de agencias de viajes que crean paquetes específicos para parejas. También se ha centrado en organizar ferias en la Isla, como Feboda, que se hace cada año.

En Lanzarote, un solo wedding planner puede llegar a organizar unas 80 de extranjeros al año, garantiza Cristóbal Sánchez, gerente de D.O. Eventos y vicepresidente de la Federación de Empresarios Turísticos de Lanzarote (Aetur). Quien considera que la aportación de estos eventos a la economía de las Islas trasciende la celebración de la boda en sí, pues "primero vienen a conocer el espacio y después viajan con la familia y se quedan por lo menos una semana disfrutando de nuestros centros turísticos, hoteles y restaurantes, así que mueven la economía de muchos sectores".

Luna de miel

Sin embargo, Sánchez lamenta la decisión del Obispado de Canarias de prohibir desde 2016 la celebración de matrimonios católicos de foráneos en Lanzarote, bajo el pretexto de que desbordan de trabajo a los párrocos conejeros. Restricción que ha supuesto un descenso notable del número de solicitudes de bodas y pérdidas millonarias para la Isla, donde el volumen de negocio todavía tiene un margen de incremento de hasta un 40%, explica Sánchez. Por lo que "necesitamos una solución porque no nos dejan ni traer a los curas de otras parroquias", reclama.

Otro escollo para el sector es la prohibición de la Dirección General de Costas de oficiar este tipo de ceremonias en las playas canarias, principal demanda de los extranjeros que vienen a las Islas para celebrar su enlace matrimonial. En este sentido, Iñaki Cabrera, director de la empresa organizadora de bodas E&W Fuerteventura, explica que están trabajando conjuntamente con el Patronato de Turismo majorero para lograr la concesión de los permisos necesarios. Esta es una lucha histórica de los alcaldes de los municipios costeros del Archipiélago, quienes, junto a las patronales turísticas de Canarias, han denunciado en reiteradas ocasiones un trato discriminatorio hacia las Islas respecto a otras comunidades españolas, donde aseguran que el organismo dependiente del Gobierno central es menos restrictivo. Como posible solución, el artículo 157 del nuevo Estatuto de Autonomía de Canarias establece la ampliación de la competencia del Ejecutivo regional en la gestión de las costas.

"Nuestros clientes, como viven fuera, suelen demandar la organización integral del evento porque necesitan a alguien con ojos y manos en el sitio en el que han decidido casarse", asegura Gemma González, directora de Gabrielle Konali Wedding and Events, una empresa especializada en bodas en Tenerife, donde tiene previsto organizar en unos meses el enlace de una pareja de California y el próximo año otra de dos australianos. "El clima es el principal atractivo, pero la diversidad de paisajes también es muy importante para ellos, porque pueden celebrar la ceremonia cerca de la playa y después el banquete en un entorno más boscoso", explica.

Y no menos importante es el precio, que seduce a los extranjeros que buscan un lugar exótico para casarse, ya que "aquí hay hoteles de lujo por importes muy atractivos y les compensa coger el avión para venir", sostiene González. Aunque esta organizadora de eventos asegura que a este tipo de público no le cuesta "abrir la mano con el presupuesto" y explica que en una boda de unas 60 personas, la media de gasto oscila los 18.000 euros, desplazamiento y el alojamiento aparte. Mientras que el enlace de una pareja canaria con el mismo número de invitados, no superaría los 12.000 euros, compara González.

Desde Promotur Turismo de Canarias están haciendo un importante esfuerzo para promocionar las Islas como destino de bodas y luna de miel. "Es un mercado muy potente porque hay mucha oferta, pero también mucha demanda", asegura Sara Sánchez, directora de branding de la institución, que cuenta con dos canales de Instagram -uno en español y otro en inglés -, en los que la influencer canaria Priscila Bethancor publica contenidos "para inspirar a quienes están buscando un lugar especial donde casarse". Además, a través de estas plataformas y de la página web siquieroislascanarias.com comparten información y contactos de proveedores canarios de servicios relacionados con las bodas, tales como fincas, floristas o fotógrafos.

Promoción internacional

"Nos dirigimos a un público joven, que es el que se plantea este tipo de bodas, pero también hacemos campañas para un público más mayor dirigidas a los aniversarios", explica Sánchez, quien detalla que estas acciones se están llevando a cabo en países como Polonia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Noruega, Francia, Holanda, Suecia, Italia e Irlanda. También refuerzan sendas opciones en el mercado peninsular, en el que tratan de corregir la percepción equivocada de que casarse en Canarias es muy caro, pese a que en las Islas se celebran las bodas más baratas de España y, además, "tenemos el aliciente de ofrecer un pack de boda y luna de miel".

Sánchez también tiene claro que el atractivo nupcial de Canarias es poder casarse en la playa, por eso, la prohibición de Costas "nos frustra porque poder oficiar ceremonias en la arena sería un diferencial para ofrecer, ya que cuando uno se traslada fuera de su país para casarse es porque busca algo diferente a lo que puede tener allí, busca algo más exótico", sostiene.